La pura verdad sobre el encubrimiento de Ferguson
Michael Brown —al igual que miles de personas antes y cientos de personas después— ¡no merecía morir!
#ShutDownA14 [A paralizarlo todo el 14 de abril]
9 de marzo de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
El 5 de marzo, el Departamento de Justicia federal [DOJ] publicó su informe sobre el asesinato de Michael Brown por parte del oficial de la policía de Ferguson, Misuri, Darren Wilson. El DOJ tuvo que admitir que el Departamento de Policía de Ferguson practicaba un racismo sistemático de carácter generalizado, flagrante y cruel... pero luego dio vuelta y afirmó que este racismo omnipresente no tenía nada que ver con el hecho de que Darren Wilson había matado a un joven negro sin arma y dijo que no hacía falta un juicio para determinar si tal vez tuviera algo que ver — que incluso sin tal juicio, el Departamento de Justicia dijo que no existía evidencia creíble que desmintiera la versión de Wilson sobre lo sucedido, lo que en efecto lo declaró inocente en la opinión pública e hizo que el asesinato de Michael Brown fuera un caso de “homicidio justificado”.
En otras palabras, el Departamento de Justicia dejó salir una pizca de la verdad acerca de la fea realidad de Ferguson — la que, de hecho, es la fea realidad de Estados Unidos. Pero de ahí puso esa pizca de verdad al servicio de una mentira más grande: que una vez más la policía estaba justificada al pegarle tiro tras tiro a un joven negro sin arma. Ninguna dependencia gubernamental mantiene registros exactos (¡¡y piense acerca del porqué!!), pero sí sabemos que la policía ha matado a miles de personas solamente durante la última década. Sabemos que la policía ha matado a cientos de personas desde la muerte de Michael Brown. Sabemos que la mayoría de esas víctimas son negros o latinos — que los adolescentes varones negros tienen 20 veces más probabilidades de que la policía los mate a balazos que los adolescentes varones blancos, ¡en todo Estados Unidos! Sabemos que el mismo día después de que salió el informe, la policía mató a otro joven negro sin arma, Tony Robinson, 19, en Madison, Wisconsin. (Vea la cobertura de otros asesinatos en este número.) Pero el DOJ declara de nuevo y en efecto que es “justificado” un caso flagrante de esa precisa clase de asesinato, el del Michael Brown sin arma.
Algunas personas dicen que al menos nosotros logramos que ellos admitieran que es racista la policía de Ferguson. Y sí, es cierto que sin la lucha y agitación en masa, no habría ocurrido nada en absoluto y nadie recordaría a Michael Brown, y el horrible infierno racista de Ferguson habría seguido en marcha sin interrupción. Es justo que la gente considere que se justifica su lucha porque hizo que saliera a la luz un poco de la verdad acerca del tratamiento del negros en todo Estados Unidos, y no sólo en Ferguson.
Pero sigue siendo cierto que Michael Brown está enterrado y no causó su propia muerte. Michael Brown no traía ninguna arma. Michael Brown no puso en peligro la vida de nadie. Michael Brown caminaba por la calle de una manera que no le agradaba al policía Wilson, por lo que éste decidió meterse con él. Además, el propio DOJ ha tenido que admitir que el policía que mató a balazos a Michael Brown es de un departamento de policía donde trabaja que está saturado de racismo, mismo que dijo que Michael Brown se parecía a un “demonio”, mismo que describió la escena sumamente dudosa según la que aun después de haberle pegado varios disparos a Brown, el joven se abalanzara sobre él, mismo que según testigos le disparó a Brown cuando éste tenía las manos arriba o en todo caso de hecho no se abalanzaba. Pese a todo eso, el Departamento de Justicia ni siquiera permitiría que se celebrara un juicio para ver si el asesinato de Michael Brown tuviera algo que ver con el hecho de que Brown era negro y que Wilson llevaba alguna animosidad hacia los negros, ¡y fue al extremo de exonerar a Wilson sin siquiera un juicio!
Hasta el propio Obama nos dice que dado que existía “duda razonable”, no había bases para celebrar un juicio — cuando “duda razonable” en efecto no es el criterio para levantar cargos, sino para dictar una condena. Y a un jurado, y no Obama, le toca determinar lo de la “duda razonable”. Por lo que no se trata de una victoria sino un nuevo ataque a las víctimas del asesinato policial en todas partes y un ataque a todos los que se pusieron de pie por Michael Brown, a los que ahora los difaman por “sacar conclusiones precipitadas”.
Pero tomemos un minuto para examinar la pizca de verdad acerca de la policía en Estados Unidos que el DOJ sí dejó salir a la luz. (Vea “Informe del Departamento de Justicia: La verdad condenatoria sobre el Departamento de Policía de Ferguson”.) Este informe demuestra con mucho detalle el racismo generalizado, omnipresente, sistemático e ineludible que satura la ciudad de Ferguson y todas las ramas de su gobierno. Ahora el gobierno federal presionará a Ferguson para que efectúe unos cambios. Lo más probable es que estos cambios sean cosméticos. Pero supongamos que el gobierno hasta disolviera el departamento de policía de Ferguson, algo que en este momento insinúa. En primer lugar, es muy razonable decir —de hecho lo demuestran la experiencia de la gente, diversos testimonios y resmas de investigaciones— que en esencia las mismas políticas y cultura impregnan todos y cada uno de los departamentos de policía en Estados Unidos y en muy poco tiempo caracterizaría una vez más el “nuevo” departamento de policía de Ferguson — para repetir, aunque hubiesen “purgado la porquería”. ¿De qué manera es que un cambio en sólo uno de esos departamentos podría cambiar eso? Y no se trata de los departamentos de policía a solas, sino de todo el conjunto de relaciones sociales en la sociedad (es decir, las formas en que las personas están organizadas en la sociedad para vivir, trabajar, sobrevivir, etc.), las mismas relaciones en las que la supremacía blanca y el racismo siguen siendo tan típicamente estadounidenses y en que al parecer a los de arriba NO les importa la vida de los negros — las mismas relaciones que los departamentos de policía refuerzan. De hecho, ¿cómo es posible que cambie esta situación nada menos que una revolución, un sistema político y económico completamente nuevo en el que el pueblo tendría los medios y el poder para emanciparse a sí mismo?
De nuevo: la necesidad de controlar, vigilar, reprimir, hostigar y en general mantener abajo a los negros, latinos y otras “minorías” es parte y ha sido parte del “estilo de vida estadounidense” y del “gobierno estadounidense” en particular, con el fin de obligarlos a aceptar las condiciones de explotación, opresión, robo y degradación que desde el principio este sistema les ha impuesto. No cambia esa realidad fundamental el hecho de que por el momento los que refuerzan esta situación son un presidente negro y un procurador general quienes entienden que su deber incluye asegurar al pueblo que “hay progreso”.
En este sentido tenemos que comentar las palabras de Obama en la reciente conmemoración del sangriento asalto en Selma, Alabama en 1965 a los manifestantes por los derechos civiles. Dijo: “Puede que lo sucedido en Ferguson sea único, pero ya no es endémico [generalizado]. Ya no está sancionado por la ley o la costumbre”. ¡¡¿¿En serio??!! ¿Cómo es que desde Selma, ha subido ocho veces el número de hombres negros y latinos en las prisiones? ¿Cómo es que a los policías que matan a los jóvenes negros y morenos (otra gente de color) no los procesan ni castigan? ¿No es cierto que el sistema jurídico y sí, las leyes, de Estados Unidos tienen mucho que ver con esta situación? Es cierto que ya no existen los “Códigos Negros” aprobados por escrito para que todos los vean, pero esos mismos códigos están grabados en la mente y los reflejos de todos los departamentos de perros policías de Estados Unidos, los defienden casi todos los jueces y fiscales y los encubren los políticos de pesos pesados como Obama.
¿Por qué lo hicieron? Imagínese por un momento una decisión distinta en la que acusaran a Wilson y lo procesaran. En primer lugar, ¿qué efecto tendría eso sobre su programa general de reprimir a las comunidades negras y latinas, mismo que se apoya en la violencia por parte de la policía y la continua insistencia de que esa violencia se justifica y permite por ley? Es cierto que muy de vez en cuando procesan a un policía. No obstante, en esas ocasiones muy infrecuentes, los fiscales por lo general “se olvidan” cómo procesarlos, como ha dicho Bob Avakian. Y aunque encuentren culpable al policía, casi siempre el castigo es un tirón de orejas. En efecto, la semana pasada, a tres guardias de una prisión en el Estado de Nueva York —los que golpearon a un hombre tan brutalmente que el personal médico de la prisión que lo trató insistió que lo llevaran a un hospital externa— les permitieron salir inocentes de delitos mayores con una promesa de renunciar a sus posiciones y declararse culpables de un delito menor. Pero las más de las veces, el gobierno tiene que defender y defenderá a sus agentes armados porque éstos son un elemento esencial de su sistema entero y TIENE que sostener que su uso de la fuerza es legítimo, aun cuando es clara y flagrantemente Ilegal, INmoral e Ilegítimo.
Además, hay otra razón, la que indica una debilidad de los de arriba. Otra vez, imagínese que el Departamento de Justicia en efecto dijera que fuera un delito el de privar a un joven hombre negro de la vida sin el debido proceso y que por ese delito se debiera procesar a Darren Wilson. ¿Usted no considera que eso habría ocasionado un barullo de marca mayor en el seno de la clase dominante, en la que ya se desquitan los unos a los otros sobre otros asuntos cruciales, como el Medio Oriente? Recuerde lo que pasó en Nueva York cuando el alcalde de Blasco dijo que le había dicho a su hijo, quien es negro, que tuviera cuidado especial cuando se acercara la policía. El jefe del sindicato de policías lanzó toda una sarta de denuncias contra de Blasio y los policías se rebelaron contra la autoridad civil electa, rechazando cumplir con sus deberes durante una semana. Si el Departamento de Justicia hubiera acusado a Wilson, de nuevo, tal como sin duda debería haber hecho, es muy posible que Obama hubiera caído bajo ataques tan intensos lo que hubiera hecho que lo sucedido con de Blasio pareciera algo leve.
Al mismo tiempo y de mayor importancia, los de arriba entendían que si no dijeran nada, cuando ya había salido a flote una buena parte del horror opresivo de la vida cotidiana de los negros en Ferguson y cuando las personas se habían arriesgado tanto para exigir la justicia, perderían toda credibilidad y correrían el riesgo de renovados brotes de lucha de parte de las masas populares y una pérdida de legitimidad entre los oprimidos y los que simpatizan con los oprimidos. Cuando estallan estos conflictos entre los de arriba, no se vale que nuestra respuesta sea de “tomar partido”, “calmar la situación” por el bien de los liberales, elegir entre los zorros que engañan y los lobos que lanzan abiertas amenazas, pero sí vale poner presiones sobre las grietas que se han destapado entre los de arriba y luchar, luchar, luchar por un cambio concreto y fundamental.
Los de arriba, inclusive muy claramente Obama y Holder, calcularon esta maniobra según lo que era necesario para mantener su sistema y conservar su “legitimidad” entre las masas populares y no según la verdad, no según la liberación de las masas y no según la justicia. En este caso, calcularon que tal vez pudieran salirse con la suya al dejar en la impunidad a Wilson, si le dieran una migaja a la gente. Se trata de un “acuerdo de compromiso”, a fin de hacer que la gente crea que se hará algo pero a la vez sigue apoyando cien por ciento a la policía... y pone a la defensiva a los manifestantes.
Pero en esta situación, depende de todos nosotros el que el sistema pueda salir con la suya o no. Y que quede claro: ¡¡es preciso que ellos no se salgan con la suya!! Éste no es el momento de dejar de luchar. Éste no es el momento de retroceder, de buscar nuevas leyes o nuevos procedimientos, mediante los "cauces establecidos", o de encontrar un ala de la clase dominante bajo la cual cobijarse (cuando ellos utilizarán esa ala para asfixiarte). Éste no es el momento de dejar que los de arriba encubran el hecho de que aquellos que luchan contra el asesinato policial tienen la razón y más que suficientes pruebas para demostrar que el asesinato policial es sistemático y generalizado y es una parte de un plan genocida general. De hecho, todos los que se pusieron de pie para denunciar a esos crímenes eran justos y no tienen por qué pedir disculpas o hacer explicaciones. Sólo deberían pedir disculpas aquellos que se callaron o, en el peor de los casos, defendieron a la policía.
Fíjese que en este momento está en marcha una gran batalla en la sociedad, a la que las personas tienen que responder y en la cual tienen que tomar partido, con el lado justo, y no permitir nada de estas necedades de “ambos lados tienen problemas”. Es preciso defender a los que corearon “La vida de los negros importa”, “No puedo respirar”, “Alto al asesinato policial contra nuestra gente” y, sí, “Manos arriba, no disparen”. Los que tomaron una posición pública a fin de influenciar a la sociedad de forma amplia, por ejemplo los atletas o estudiantes de medicina, hacían lo correcto, al tomar una posición acerca de la realidad horrible que afecta la vida de millones de personas y al decir “no más”. Y hay que defender firmemente a los que fueron arrestados por paralizar las cosas.
Y éste no es el momento de jugar a la defensiva. Ya es el momento de tomar la ofensiva... de decir fuertemente que hay que DETENER todo este nuevo Jim Crow de la encarcelación en masa y la brutalidad y asesinato policial, este programa genocida en su conjunto. Y ya es hora de participar en las actividades masivas el 14 de abril para "paralizarlo todo".
Pero al hacerlo, veamos el problema en su conjunto. Este sistema ha tenido 350 años para reformarse a sí mismo. No lo ha hecho porque no puede. Y la opresión sistemática de los negros desde la formación de Estados Unidos, por horrorosa que sea, va de la mano con un sistema que subyuga a la mujer, emprende guerras para dominar y saquear a la gente por todo el mundo, destruye el medio ambiente y aterroriza a aquellos que se ven obligados a emigrar a Estados Unidos en busca de trabajo. Para eliminar todo eso y para crear un mundo nuevo sin nada de eso, nos hace falta una revolución. Explore la estrategia para hacer esta revolución, sus objetivos y la dirección para llevarla a cabo en Bob Avakian y el Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos. Visite y siga visitando revcom.us.
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